¿Quiere usted ganarse cien pesos? Un derechista responde

En una entrada anterior se describe la Encuesta que hizo Carteles en los 1930 con la pregunta que da título a este post. El premio a la mejor respuesta sería 100 pesos.

En esta ocasión, reproduzco una de las respuestas recibidas, en la que el autor se autocalificaba de “derechista” y explicaba sus posiciones.

Estas eran las preguntas de la Encuesta:

  1. ¿Es usted derechista o izquierdista?
  2. ¿Cuáles son, a grandes rasgos, en el orden político social, los ideales de su doctrina, que le inclinan a defenderla?
  3. ¿Cuáles son los que defiende el bando contrario y con los cuales está usted impugna o desacuerdo?

4.¿Estima usted que el fascismo es una doctrina de izquierda o de derecha? ¿Por qué?

  1. ¿Dónde coloca usted al comunismo, la derecha o la izquierda? Dé sus razones.
  2. ¿Con cuál de los dos regímenes han alcanzado mayores libertades y oportunidades de superación el obrero manual, el campesino y lo que se consideran en el orden social desheredados de la fortuna?
  3. Si ninguno de esos dos regímenes le satisface, ¿cuál otro encarna dentro de sus ideas derechistas o izquierdistas los supremos ideales del pueblo y por qué?

Un derechista

Así contestaba José Fernández, de Ciénaga, en la Habana

 

Primera: Soy derechista.

Segundo: Porque al amparo de esas doctrinas que son de mejoramiento para todos los humanos, he podido desenvolverme mejor y vivir debidamente protegido; y soy testigo de mayor excepción, pues milité en las filas izquierdistas hasta que me convencí, a golpes, de lo perjudiciales que son para los verdaderos obreros, como yo, que lo único que anhelan es tener trabajo y retribuido en forma que les permita llenar sus necesidades y las de su familia.

Tercera: No creo en la sinceridad de las doctrinas izquierdistas, las que son muy difíciles de definir, hasta el extremo de que no hay dos partidarios de ellas que coincidan en las mismas. La realidad es que el izquierdismo ha sido un modus operandi de muchos vivos que así han resuelto su problema personal.

Cuarta: Es difícil determinar con fundamento a qué lado se inclina el fascismo, pues no lo conocemos bien.

Quinta: El comunismo es izquierdista, porque lo que quiere es aprovecharse, sin el trabajo de producirlo, de lo que otros han hecho con gran esfuerzo; dándose el caso de que los líderes comunistas se convierten en los más acérrimos conservadores en cuanto han acaparado algunos medios de fortuna. Lo que es de otros lo quieren para sí y lo que es de ellos es sagrado.

Sexta: He vivido bajo los dos regímenes y puedo decir que tanto yo como mis compañeros de taller nos hemos sentido mejor, más protegidos, mejor retribuidos y más considerados en los países en que imperaban regímenes derechistas.

Séptimo: Estimo que el régimen derechista, aplicado sin mixtificaciones, es el ideal para los pueblos progresistas.

 

Carteles, Volumen XXX, La Habana, octubre 31, 1937, pp. 16 y 60

¿Quiere usted ganarse cien pesos? Un centrista responde

En una entrada anterior se describe la Encuesta que hizo Carteles en los 1930 con la pregunta que da título a este post. El premio a la mejor respuesta sería 100 pesos.

En esta ocasión, reproduzco una de las respuestas recibidas, en la que el autor se autocalificaba de “centrista” y explicaba sus posiciones.

Estas eran las preguntas de la Encuesta:

  1. ¿Es usted derechista o izquierdista?
  2. ¿Cuáles son, a grandes rasgos, en el orden político social, los ideales de su doctrina, que le inclinan a defenderla?
  3. ¿Cuáles son los que defiende el bando contrario y con los cuales está usted impugna o desacuerdo?
  4. ¿Estima usted que el fascismo es una doctrina de izquierda o de derecha? ¿Por qué?
  5. ¿Dónde coloca usted al comunismo, la derecha o la izquierda? Dé sus razones.
  6. ¿Con cuál de los dos regímenes han alcanzado mayores libertades y oportunidades de superación el obrero manual, el campesino y lo que se consideran en el orden social desheredados de la fortuna?
  7. Si ninguno de esos dos regímenes le satisface, ¿cuál otro encarna dentro de sus ideas derechistas o izquierdistas los supremos ideales del pueblo y por qué?

Un centrista

Así respondía Carlos M. B Castro Augusto R. Sigarreta, de Filadelfia, en Estados Unidos de América

 

Primera: Centrista.

Segunda: Considero al “centrismo”  como la práctica realizable de los principios de común beneficio entre las derechas e izquierdas. Cual si tales beneficios pudieran nivelar en la balanza social los ideales de ambos extremos. Me inclina a defenderla la simple idea de encontrar la vía más real de edificar una masa homogénea que tienda al verdadero equilibrio nacional. Es la fórmula social en la que ambos lados pueden participar de sus ideales en común.

Tercera: Las derechas o izquierdas extremistas. Estoy en desacuerdo sencillamente porque la idea conservadora de las primeras elimina los pasos gigantescos del progreso en el orden político social. Y las segundas extreman los principios liberales a normas incapaces de practicar, porque están inspiradas en un ideal en el cual no se consideran las naturales tendencias del hombre como tal, y las cuales se elimina la posibilidad de conservar lo que de bueno tenga un régimen conservador.

Cuarta: El fascismo lo inspiró el deseo de implantar un movimiento radical en Italia. Hoy su práctica tienen notas de ambas tendencias; es casi un centrismo indeterminado. Los derechos del pueblo reconocidos vs. una nobleza también reconocida.

Quinta: El comunismo es la doctrina de la propiedad común; la negación de derechos individuales en la propiedad. Esto es el comunismo ideal; no el comunismo que se practica en Rusia donde una dictadura proletaria impone una izquierda radical con detrimento lo que una izquierda social bien inspirada podría brindarle una sociedad ansiosa de reivindicaciones.

Sexta: Un régimen extremista da la oportunidad de satisfacer un deseo social, pero no una necesidad social. El obrero manual ha tenido “mayores libertades” en los cambios izquierdistas, pero no “mejores oportunidades”.

Séptimo: Considerando las derechas e izquierdas como los extremos de la ecuación social, la única manera de establecer el equilibrio descansa en la “media proporcional” que goza del privilegio de ser indispensable a ambos extremos. Es, pues, el centrismo la fórmula feliz capaz de satisfacer el anhelo social. El “fiel” de la balanza mediante un simple esfuerzo de comprensión y un deseo lleno de sabia humanidad.

Carteles, Volumen XXX, La Habana, octubre 31, 1937, pp. 16 y 60

¿Quiere usted ganarse cien pesos? Un izquierdista responde

 

En la entrada anterior se describe la Encuesta que hizo Carteles en los 1930 con la pregunta que da título a este post. El premio a la mejor respuesta sería 100 pesos.

En esta ocasión, reproduzco una de las respuestas recibidas, en la que el autor se autocalificaba de “izquierdista” y explicaba sus posiciones.

Estas eran las preguntas de la Encuesta:

  1. ¿Es usted derechista o izquierdista?
  2. ¿Cuáles son, a grandes rasgos, en el orden político social, los ideales de su doctrina, que le inclinan a defenderla?
  3. ¿Cuáles son los que defiende el bando contrario y con los cuales está usted impugna o desacuerdo?

4.¿Estima usted que el fascismo es una doctrina de izquierda o de derecha? ¿Por qué?

  1. ¿Dónde coloca usted al comunismo, la derecha o la izquierda? Dé sus razones.
  2. ¿Con cuál de los dos regímenes han alcanzado mayores libertades y oportunidades de superación el obrero manual, el campesino y lo que se consideran en el orden social desheredados de la fortuna?
  3. Si ninguno de esos dos regímenes le satisface, ¿cuál otro encarna dentro de sus ideas derechistas o izquierdistas los supremos ideales del pueblo y por qué?

Un izquierdista

Así opinaba Carlos M. B Castro, de Simón Reyes, 27, en Ciego de Ávila.

 

Primera: Me hallo del lado de los trabajadores de “todas clases”, del lado de la justicia humana, del lado del reconocimiento pleno de la independencia los derechos de los pueblos, del lado de la paz del mundo, del mantenimiento y respeto de los tratados, del lado de la civilización y de la democracia; soy, pues, izquierdista.

Segunda: Ideales de libertad humanística, de libertad real aplicada al concierto de los intereses morales y materiales del individuo y con ello de la colectividad.

Tercera: Soy contrario a todo régimen que tienda a la desintegración de sus propósitos apuntados, o que señale el mantenimiento de fuerzas tradicionalistas contrarias al avance de los anhelos de los pueblos.

Cuarta: Al fascismo no puede considerársele de izquierda o derecha, puesto que según sus propios dictados, se ha erigido supremo exponente de un gobierno totalitario; se ha abrogado, por tanto, todas las atribuciones clasistas, tanto políticas como económicas, sociales y religiosas.

Quinta: El comunismo, socialismo íntegro, es, doctrinariamente, una las fases políticas evolucionistas. Acepta el hecho de la emancipación, renacimiento y evolución humanos. Acepta un “porvenir inmediato mejor”. Propugna la intensificación de la individualidad y del crecimiento personalístico. Crea categorías económicas, pero reconoce categorías morales. Acepta, pues, el hecho renovador y revolucionario que no permite el estacionamiento de las formas de vida y por ello pertenece indudablemente a las doctrinas de izquierda.

Sexta: Con el comunista, puesto que a pesar de la enorme diferenciación que existía al instaurarse uno y otro régimen en los respectivos países, Italia y Rusia, Italia, cuna de la más elevada civilización latina, instauradora de la democracia, donde el arte y las ciencias obtuvieron el más elevado exponente universal, se halla hoy decadente, empobrecida, aherrojada, privada de toda libertad, que es como decir, de todo arte y de toda ciencia, de toda concepción noble, sublimadora. En cambio, Rusia, cuna secular del oscurantismo, ancestralmente esclavista, petrificada en la ignorancia, ha realizado el más gigantesco esfuerzo humano, nivelándose en 20 años, científica y económicamente, con los países índices de nuestra civilización.

Séptimo: Mis supremos ideales actualmente, consisten en el mantenimiento internacional de la política expuesta por el actual presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, lo cual considero obvio exponer, y para nuestro país, aquellos que extensamente se hallan encarnados en el programa del Partido Agrario Nacional.

 Carteles, Volumen XXX, La Habana, octubre 31, 1937, pp. 16 y 60

Elecciones en Cuba: necesidades más allá de los números

Por Julio César Guanche

El pasado 26 de noviembre se celebraron elecciones parciales en Cuba. Como parte del proceso, en abril próximo tendrán lugar comicios generales. Para entonces, el país tendrá por primera vez en casi sesenta años al frente a un cubano (es más improbable que sea una cubana) distinto a Fidel y Raúl, si se mantiene el anuncio hecho por este último de no continuar en el máximo cargo estatal.

Con vistas a las recientes votaciones, se había previsto la promulgación de una nueva ley electoral, de la cual aún no se tienen noticias. (Sucede lo mismo con la reforma constitucional, anunciada desde 2011.) Comentaristas señalaron que los índices de abstencionismo, votos anulados y votos en blanco, que suman 19,17 % (1,562,731 de electores) rompen explícitamente con la tesis del “apoyo unánime”. Otros compararon esas cifras con el abstencionismo reciente de Chile (53 %,) y Colombia (62 %), y concluyeron que eran muestra de la “fortaleza de la revolución”.

La “guerra de cifras” no es nueva ni será este su último episodio. Aquí no eludo los datos, al tiempo que priorizo cuestiones que los números no muestran. Comento cómo el sistema electoral no genera consecuencias densas para dos problemas: no valoriza el voto como parte de un proceso de participación cívica y legitimidad constitucional, lo que es contradictorio con una larga tradición cubana al respecto, y que las elecciones no se vinculan con la toma de decisiones económicas, lo que desconoce la relación fundamental entre propiedad y libertad.
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«¿Quiere Ud. ganarse $100? ¡Díganos si es derechista, izquierdista… o centrista!»

Revista Carteles, 1937

 

Por Julio César Guanche

En 1939, la revista cubana Carteles publicó un texto de Emil Ludwig que analizaba el cambio producido por la I Guerra Mundial:

“El Tratado de Versalles pretendió ajustar un nuevo orden de cosas en la política internacional, pero las alteraciones de las fronteras significan poco si se las compara con las alteraciones de otro linaje que sufrió el mundo y que tan poderosamente influyeron en los destinos de la humanidad. La guerra de 1914-1918 alteró completamente las ideas y las costumbres sociales establecidas y que comportaban una tradición casi secular, y este fenómeno se registró no sólo en Europa, sino en el resto del mundo.”

Ante esa “alteración”, rematada por la Gran Depresión (1929-1933), emergieron globalmente alternativas ideológicas que alcanzaron respectivos éxitos: el republicanismo social y el socialismo democrático, el fascismo, y el marxismo-leninismo soviético.

Para identificar cómo se posicionaban los cubanos ante esas alternativas, Carteles publicó, durante varios números de fines de los años 1930, respuestas de lectores a una encuesta que les pedía explicar si eran “izquierdistas”, “derechistas” o “centristas”.

El premio a la mejor respuesta sería 100 pesos.

Estas eran las preguntas de la Encuesta:

  1. ¿Es usted derechista o izquierdista?
  2. ¿Cuáles son, a grandes rasgos, en el orden político social, los ideales de su doctrina, que le inclinan a defenderla?
  3. ¿Cuáles son los que defiende el bando contrario y con los cuales está usted impugna o desacuerdo?
  4. ¿Estima usted que el fascismo es una doctrina de izquierda o de derecha? ¿Por qué?
  5. ¿Dónde coloca usted al comunismo, la derecha o la izquierda? Dé sus razones.
  6. ¿Con cuál de los dos regímenes han alcanzado mayores libertades y oportunidades de superación el obrero manual, el campesino y lo que se consideran en el orden social desheredados de la fortuna?
  7. Si ninguno de esos dos regímenes le satisface, ¿cuál otro encarna dentro de sus ideas derechistas o izquierdistas los supremos ideales del pueblo y por qué?

En las próximas cuatro entregas ofreceré respuestas que defendían cada posición y el resumen que de esa Encuesta hizo Carteles.