“Un movimiento y unas ideas que fueron sometidos al más riguroso olvido”

Programa del Partido Independiente de Color. (Fragmento)

 

(Prólogo a Apuntes cronológicos sobre el Partido Independiente de Color)

Por Fernando Martínez Heredia

Estos Apuntes cronológicos sobre el Partido Independiente de Color ponen en nuestras manos un instrumento nuevo y un aporte notable en el largo camino de los estudios sobre las cuestiones de raza y racismo en Cuba.

Un equipo de investigación del Archivo Nacional de Cuba, dirigido por Bárbara Danzie León, nos ofrece el resultado de un prolongado y difícil trabajo de búsquedas y localizaciones pacientes en doce de las colecciones que guarda esa institución que atesora fondos de una importancia crucial para los especialistas, pero es casi desconocida a nivel de la sociedad cubana.

El equipo utilizó también un fondo del Archivo del Instituto de Historia de Cuba. Seleccionó tres publicaciones periódicas de la época estudiada y las trabajó, con la colaboración de tres hemerotecas principales de esta capital. El texto que leerán es el fruto de ese trabajo y de las inferencias, selecciones y comentarios de los investigadores; al mismo tiempo, constituye un buen ejemplo de cómo la tenacidad y la laboriosidad pueden enfrentar y vencer obstáculos e incomprensiones.

El trabajo con fuentes es fundamental en la investigación histórica, pero el análisis y las demás labores intelectuales y de exposición realizadas por el investigador son indispensables para que exista un logro válido. Apuntes cronológicos sobre el Partido Independiente de Color cumple ampliamente ambos requisitos.

Su asunto es la organización política fundada en 1908, el intento de un conjunto de activistas sociales y sus seguidores de utilizar el sistema político y la libertad de expresión de la primera república cubana —la que va del 20 de mayo de 1902 a la Revolución del 30— para llevar adelante su lucha contra el racismo antinegro y por demandas de derechos y mejoras de la situación en que vivían los no blancos.

Aquella organización fue calumniada, perseguida, aislada y finalmente aniquilada por el gigantesco crimen del verano de 1912. Seguir leyendo «“Un movimiento y unas ideas que fueron sometidos al más riguroso olvido”»

Pedro Ivonnet: pasión y muerte de un mambí desconocido (pdf)

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Introducción

Por Loreto Raúl Ramos Cárdenas

El proceso independentista cubano, iniciado el 10 de octubre de 1868 por Carlos Manuel de Céspedes en su ingenio Demajagua con el llamado a conceder la libertad a los esclavos de su propiedad para comprometerlos en el logro de la causa, reservó espacios a una gran masa de estos y sus descendientes, que a base de inmensos sacrificios inscribieron sus nombres en el panteón de los héroes y mártires de la Patria deseada por la mayoría del pueblo cubano.

Esta circunstancia influyó en gran medida para que no pocos negros llegaran a ostentar altos grados militares dentro del naciente Ejército Libertador de Cuba, entre los que podemos citar a los hermanos Maceo Grajales y Regueyferos Grajales (Antonio, José y Rafael al- canzaron el grado de general) al igual que Quintín Bandera, Guillermo Moncada, Agustín Cebreco, Flor Crombet, Silverio Sánchez Figueras y los hermanos Ducasse —Juan Eligio y Vidal—, por solo referirnos a los más conocidos de aquella epopeya.

Sin embargo, no por desconocido deja de llamarnos la atención en la relación de oficiales negros y mestizos, la figura del general Pedro Ivonnet Echavarría[1] (Santiago de Cuba, 27 de junio de 1860-El Caney, 18 de julio de 1912), de quien nos puntualizara el maestro de historiadores cubanos José Luciano Franco Ferrán, en su libro titulado Antonio Maceo. Apuntes para una historia de su vida, que formó parte del Ejército Invasor dirigido por el general Antonio en la guerra del 95 y llegó a ser designado jefe de un Regimiento —el Invasor Oriental— en la contienda de Pinar del Río, y sustituto en el mando de tropas, con el nombramiento de jefe de operaciones a las inmediatas órdenes del jefe militar de la provincia pinareña, el general puertorriqueño Juan Rius Rivera, poco antes del cruce de la Trocha de Mariel por el legendario guerrero aquel fatídico mes de diciembre de 1896.

Aunque desafortunadamente su nombre no está incluido en el Índice Alfabético y Defunciones del Ejército Libertador de Cuba —tarea que culminara tras el fin de la guerra el mayor general del Ejército Libertador Carlos Roloff—, como tampoco el de su hermano Ramón Ivonnet, glorioso abanderado de la columna invasora hasta su muerte, sí aparecen los nombres de otros familiares enrolados en aquella contienda, como son los casos de Juan, Ernesto, Calixto, Paulino y José Ivonnet. [2]

Este dato nos da una medida del compromiso patriótico asumido por esa familia, revitalizado en la etapa republicana con el liderazgo de Pedro en la defensa de los derechos políticos del negro cubano. Seguir leyendo «Pedro Ivonnet: pasión y muerte de un mambí desconocido (pdf)»

Apuntes cronológicos sobre el Partido Independiente de Color (pdf)

Portada de Previsión, periódico del Partido Independiente de Color.

 

De la presentación al libro

(Fragmento)

Por Bárbara Danzie León, Loreto Raúl Ramos Cárdenas, Doreya Gómez Véliz, Iván Dalai Vázquez Maya

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Los Apuntes cronológicos sobre el Partido Independiente de Color, son el resultado parcial de un proyecto archivístico que emprendimos, en el año 2008, un grupo de especialistas de la información e investigadores del Archivo Nacional de Cuba, tras la convocatoria realizada por la Comisión Nacional creada para conmemorar el Centenario de la fundación de esta agrupación (1908) y de la masacre de miles de hombres negros y mestizos vinculados o no a la misma, ocurrida en 1912 en una de las acciones de más bárbaro racismo, perpetrado contra los negros en la República neocolonial.

Se complementa con un Catálogo temático y una base de datos de más de setecientas referencias documentales y de prensa —que constituyen el objetivo y resultado final del proyecto—, además de alrededor de trescientas imágenes sobre el tema, puestas a disposición de los usuarios en la institución.

Es esta una nueva aproximación a la historia del Partido Independiente de Color, con una visión desde las fuentes —tomando como referencia fundamental el acervo documental conservado en los fondos del ANC—, que por feliz coincidencia se concluye en el año 2011, declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como Año Internacional de los Afrodescendientes.

El PIC, surgido inicialmente como Agrupación Independiente de Color, fue fundado el 7 de agosto de 1908, proscrito en 1910 y culminó su vida política en 1912, después de una feroz represión que eclipsó nuevamente la aspiración de los ciudadanos negros de lograr una República igualitaria, por la que habían luchado juntos todos los sectores de la sociedad en las anteriores gestas libertarias.

De modo que la causa fundamental que motivó su constitución, estuvo vinculada al debate y el conflicto racial que enfrentaron las grandes masas de negros, en las primeras décadas del siglo XX , en su mayoría inferiorizados y privados de muchos de sus derechos civiles, fragmentados entre sí como herencia de la política de la esclavitud, en una sociedad neocolonial en la que los códigos de diferenciación-exclusión habían creado un imaginario racial de estereotipos blancos y negros, pardos, morenos y otra gama de seudo grupos, que obviaba nuestra condición de mestizos y que formó parte del contenido racista intrínseco de la misma.

El objetivo del PIC estaba enfocado en ver políticamente representados a los llamados “de color” como grupo social en las diferentes estructuras de gobierno local, para desarrollar un programa nacionalista de inserción verdadera en todas las esferas de la vida pública, pero la incomprensión de algunos políticos de la época y de una parte importante de la intelectualidad negra, entre ellos Juan Gualberto Gómez y particularmente Martín Morúa Delgado y tal vez errores estratégicos cometidos en las formas de enfrentar tal situación, propiciaron no solo mayores divisiones, sino además que este proyecto político culminara sin alcanzar los resultados esperados.

Acercarnos a estos acontecimientos a través de los Apuntes cronológicos…, utilizando referencias documentales, nos da la posibilidad de insertar en este texto mayor información que la simple referencia factual que ofrece una cronología, así como brindar menos elaboración que la que poseen otras investigaciones sobre el tema.

Ha sido nuestra intención recurrir al valor testimonial de las fuentes como testigos excepcionales de estos hechos históricos, para que sean ellas las que ofrezcan su versión, sin dejar de tener en cuenta el carácter subjetivo de las mismas.

 

 

Nota: La Cosa agradece a Loreto Raúl Ramos Cárdenas poder disponer del pdf del libro, con la esperanza de que investigaciones como esta tengan mayor difusión y contribuyan al debate público sobre el PIC y la historia del antirracismo en Cuba.

Contribución a una arqueología intelectual en los contextos y los contenidos de un marxismo negro en Cuba

Alexis Esquivel, Arco de triunfo, 2006, Acrílico sobre tela, 137 x 175 cm

 

Por mario g. castillo santana

 

Para Fernando Martínez Heredia, quien primero me adentró en estos temas y para Tomás Fernández Robaina, quien le ha dedicado la vida a ellos.

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Ver entregas anteriores de esta serie: 12, 3 y 4

El creciente auge de un campo de estudios sobre lo que se ha definido como un marxismo negro, en la zona de lo que ya ha ido delineándose como el Atlántico negro, está sacando a la superficie de las memorias históricas contemporáneas un conjunto de ideas y conceptos muy interesantes, que no habían formado parte del canon del marxismo en ninguna de sus variantes hasta ahora conocidas.

En mi consideración, los esfuerzos investigativos en torno a estos discursos no deben limitarse al estudio de los conceptos filosóficos que se pueden ir encontrando para trazar las especificidades de ese marxismo negro. Para una mejor comprensión de sus enunciados es necesario no perder de vista una perspectiva lo más abarcadora posible, arqueológica se me ocurre pensar, que nos devuelva con la mayor integridad el perfil de sus cultivadores, las personas, grupos, espacios, organizaciones, influencias e interacciones con los perfiles de ideas previas de donde arrancaron los cuerpos intelectivos de estos marxistas negros.

En el contexto cubano una figura como Tomas Fernández Robaina —“Tomasito”— ha contribuido con un trabajo de casi toda una vida, no directamente a definir el perfil específico de los marxistas negros en Cuba, pero sí a poder realizar sobre sus textos una cartografía preliminar del asunto, que es insoslayable.

Derivado de su impulso irradiador la lista de contribuyentes podría ser larga: Pedro A. Cubas, Alejandro Fernández, Zuleica Romay, Víctor Fowler, Roberto Zurbano. Pero la obra de estos investigadores debemos decir que igualmente tampoco han tributado de manera directa al tema que vamos a abordar a continuación.

Personalmente, hace pocos años impartí el curso Tres marxistas negros, sociedades de color y el marxismo en Cuba (1937-1961), en el Instituto de Investigación de la Cultura Cubana Juan Marinello, algo que, hasta donde conozco, no había sido tema de espacio docente alguno, excepto los legendarios cursos de Fernández Robaina en la Biblioteca Nacional José Martí.

Diez años atrás organicé el encuentro Afrodescendencia y movimientos obreros, donde participaron varios investigadores y activistas, como parte de la Jornada Internacional Año de los Afrodescendientes, a la que contribuyó el Instituto Cubano de Antropología, mientras pude trabajar en dicha institución.

En 2008, en el marco del coloquio homenaje al historiador marxista Raúl Cepero Bonilla, contribuí con un texto sobre un contemporáneo de Bonilla, Walterio Carbonell, con la ponencia “Walterio Carbonell y el dilema antirracismo-desafricanización”. En 201o la revista Gaceta de Cuba (UNEAC) de mayo-junio de ese año publicó mi texto sobre el poeta chino-afrodescendiente “Regino Pedroso y la síntesis cubana entre el exotismo oriental y la identidad proletaria”, que es una versión adaptada a los parámetros de ese espacio titulada “El orientalismo proletario del poeta Regino Pedroso y los orígenes del estalinismo en Cuba”, en que comencé a desarrollar muchas de las ideas que aquí desarrollo.

Una fuente de inspiración para iniciar estas indagaciones fue el contacto con el ex miembro de Panteras Negras Ashanti Alston, quien desde inicios de la década pasada comenzó a indagar sobre lo que él y otros compañeros comenzaron a denominar anarquismo negro, cuestión en la que personalmente venia indagando yo también en Cuba desde 2008 y que también me incitó a organizar aquel encuentro “Afro descendencias y movimientos obreros”, que careció de un centro de análisis articulador, más allá del recuento, habitual en Cuba, de varios dirigentes sindicales negros vinculados al Partido Comunista.

Derivado de esta trayectoria considero que la historización del llamado marxismo negro, si no parte por reconocer los trasiegos entre estos dos campos temáticos se pierde una de las claves explicativas de la operatoria del marxismo negro que hoy nos convoca.

No podemos seguir reproduciendo los guetos ideológicos entre aquellos que creemos en que es posible una vida cotidiana no regida por la mercancía, las lógicas autoritarias y los Estados. No podemos permitir que dentro de la bella metáfora de “rojos y negros”, que se está usando para describir la presencia de las ideas de izquierda entre los afro-atlánticos, se refieran solamente a un grupo determinado de marxistas negros, limpios de cualquier influencia de otros cuerpos de ideas. Esa posición anima este texto.

Este trabajo parte de un enfoque generacional, como el de Karl Mannheim cuando analiza las generaciones, no a partir de años, sino por lo que él denomina “acontecimientos generacionales”[1]. Derivado de esto, hago una reconstrucción analítica de algunos contenidos significativos de la cultura política en la Cuba con que inicia el siglo XX, época en que se fraguan las ideas y las vivencias de los activistas sociales afrodescendientes en la Cuba de los primeros 40 años del siglo XX.

Seguidamente, hago un acercamiento a la primera generación fundacional del activismo social afrodescendiente.

Después efectúo un rescate de un grupo de anarcosindicalistas negros que operaron en el contexto de lo que defino como la segunda generación de activistas afrodescendientes, cuyas nociones de activismo social me parecen significativas para las generaciones posteriores. En este lugar analizo un momento de la trayectoria y las ideas de Sandalio Junco, un individuo que se puede definir como uno de los más brillantes fundadores efectivos del marxismo negro en Cuba, figura escamoteada en la historia nacional, y que expresa la transición entre lo que defino como la segunda y la tercera generación de activistas afrodescendientes en Cuba y, finalmente analizo el contexto, la figura y algunas ideas de Ángel Cesar Pinto Albiol, un representante muy definido de un marxista negro en Cuba, dentro de una tercera generación de activistas afrodescendientes. Después, termino con unas observaciones preliminares sobre Juan Rene Betancourt, al que considero un marxista negro anticomunista, que se replantea las condiciones del activismo social afrodescendiente y un ejercicio intelectivo autónomo, con algunas herramientas del marxismo-leninismo, en momento en que el Partido Comunista en Cuba se convierte en una típica maquinaria política de cooptación social.

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