El Pacto Molotov-Ribbentrop y sus Protocolos secretos: una lectura en términos de la realpolitik

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Por Harold Bertot Triana

Como ha expuesto Tony Judt, en su fundamental “Postwar: A History of Europe Since 1945”, entre los motivos de los primeros movimientos de revueltas en la región del Báltico a finales de la década de los 80, estuvieron aquellos que pusieron el foco en el aniversario del Pacto Molotov-Ribbentrop firmado entre Stalin y Hitler en 1939[1], que fue seguido de la anexión de los tres Estados del Báltico.

En 1989 ante el Segundo Congreso de Diputados Popular de la URSS, Alexandr Yákovlev, quien para algunos fue el “ideológo de la perestroika”, presentaría los resultados de una investigación realizada por la “Comisión para la evaluación política y jurídica del Pacto germanosoviético de no agresión de 1939”.

Se ha destacado que conllevó el primer reconocimiento oficial de la existencia de un Protocolo secreto adicional al Pacto. Éste dibujaría el reparto en zonas de influencia el mapa de Europa del Este, en un momento en que la historiografía soviética no había hecho nunca mención del referido protocolo secreto.[2] Sobre la base del Pacto hecho público es que la historiografía soviética defendió su importancia: logró retrasar la agresión, provocó la división en el bloque fascista, entre otras tantas valoraciones.[3]

Sin embargo, es cierto que la historia se torna un campo de batalla que muchas veces contiene la legitimación del presente en esa suerte de corsi et ricorsi entre fuerzas o poderes internacionales en pugna. En tiempos en que el presidente ruso Vladimir Plutin asume reencarnar la imagen de los hombres fuertes que forjaron esa gran nación y la mantuvieron en los tiempos difíciles, con un reposicionamiento de Rusia en los vaines geopolíticos actuales, no resulta ingenuo que la Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa en 2006 aprobara una resolución condenando las “crímenes de los regímenes comunistas totalitarios” y en 2009 la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) aprobara en 2009 otra resolución equiparando el régimen nazi con el régimen de Stalin.[4]

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La tradición negra radical en Cuba, y el marxismo (4)

Alexis Esquivel. Republique Light, 2011, Acrílico sobre tela, 78 x 100 cm

 

 

La tradición negra radical en Cuba, y el marxismo (4)

Ver entregas anteriores de esta serie: 1, 2 y 3

Nota:

Aquí explico el origen del presente intercambio. Las respuestas versan, en lo fundamental, sobre las siguientes preguntas:

¿Qué te parece la calificación de “marxismo negro” aplicada a figuras como Sixto Gastón Agüero, Juan René Betancourt o Ángel Pinto Albiol? ¿Es pertinente? ¿Prefieres otra manera de calificarlo?

¿Quiénes integrarían, en tu opinión, el cuerpo del marxismo negro, o, en general (aunque no lo es mismo), de marxistas negros en Cuba entre 1902-1958?

¿Puede hablarse de un “marxismo negro” en Cuba después de 1959 hasta hoy?

Si tu respuesta es positiva, ¿puedes sugerir nombres y obras relevantes que integrarían ese “marxismo negro” desde 1959 hasta la actualidad en Cuba?

Reitero aquí que el objetivo del intercambio, más que comprometerse con una “manía clasificatoria”, es:

En ese horizonte, es necesario situar ese pensamiento como parte de los debates y procesos políticos de los que participaron y no solo limitarnos al estudio de sus ´ideas´. Esto es, tratarlos como sujetos políticos, contemporáneos de su tiempo —cosa que hace el curso mencionado y que es necesario seguir haciendo— y no solo como ´archivos´ para su estudio por parte del investigador actual.”

En esta ocasión aparecen las opiniones de Zuleica Romay, Esteban Morales, Yasmín Silvia Portales y Alberto Abreu Arcia. (Julio César Guanche


La tradición negra radical en Cuba, y el marxismo (4)

 

Zuleica Romay

Los esencialismos son tan excluyentes como los racismos. De ahí que parte de la intelectualidad de los sectores subalternos muestre reticencia ante clasificaciones que incluyen “lo negro”. A mí me resulta esencialista y peyorativo clasificarme como negra marxista; o sea, negra y, además, marxista. Por eso prefiero invertir los términos, del mismo modo que me asumo cubana y negra, mujer y negra, intelectual y negra, nunca al revés.

Eso no significa que yo reconozca la existencia de un marxismo negro. Pensando en la antinomia de las razas: las razas no existen, pero el racismo sí, yo diría que el marxismo negro no existe, pero los marxistas negros, sí. Para mí, el término marxismo negro funciona más como una metáfora, o una etiqueta que facilita ciertos propósitos didácticos. Como criterio metodológico me resulta ambiguo y frágil y, en el caso de Cuba, bastante problemático.

Si el segundo vocablo de este tipo de formulación suele corresponderse con la matriz ideológica y las prácticas políticas que alimentaron los desarrollos teóricos del marxismo (marxismo aprista, trotskista, etcétera), ¿por qué a la corriente del marxismo marcadamente anticolonial se le apellida “negra”?

Si no se pueden homologar colonialismo y esclavismo porque el primero ha sobrevivido y se ha reproducido más allá de la experiencia de la esclavitud, ¿por qué reducir a lo negro esta corriente del marxismo, para después enredarse con la explicación? ¿Será para compensar una “falla de origen” de la teoría marxista? ¿Que, siendo creación de hombres europeos, habitantes de ciudades industriales, no podía asumir como centro la crítica del colonialismo, porque sus teorías no se nutrieron de la experiencia colonial? Seguir leyendo «La tradición negra radical en Cuba, y el marxismo (4)»

La tradición negra radical en Cuba, y el marxismo (3)

Alexis Esquivel. Autorretrato con Martí. 1989, Técnica mixta sobre cartulina 50 x 70 cm

 

Ver aquí la primera y segunda partes de esta serie.

 

Por Félix Valdés

Con la expresión “marxismo negro” se hace referencia, sobre todo, a autores marxistas, negros de piel (caribeños, afroamericanos o africanos, etc.), a aquellos que lo hacen desde el lugar, la experiencia, el dolor de un sector excluido, explotado, aherrojado a América en condición de esclavo, muchos de los cuales, sin dudas, han sido escasamente visibilizados o tenidos sus textos como lecturas fundamentales en la tradición mencionada.

Es meritorio el trabajo de rescate, arqueológico, de puesta en perspectiva de sus ideas.

No obstante, es chocante la expresión y un tanto racista en sí misma, si martiana u orticianamente (para referirnos a la tradición cubana) utilizamos el concepto de raza.

No se habla de un marxismo amarillo por partir del mundo asiático y tener como lugar de enunciación la peculiaridad del colonialismo en esta parte del mundo, ese Oriente como se le acuñara por Occidente.

Más allá de la operatividad del término que permite rescatar a intelectuales de piel negra (más allá de la concentración de melanina, pues los hay de tan diversas tonalidades), en ocasiones apuntar a ello se hace inútil cuando no superfluo. El color, o lo que decimos ‘negro’, no da valor en sí al acercamiento, al desarrollo teórico, al enriquecimiento de la teoría, sino es la capacidad crítica, el situarse en la condición del sujeto colonizado, del Sur global, de esta parte del mundo abismal, como dijera Boaventura de Sousa Santos, lo que hace compartir el marxismo o no como perspectiva teórica.

El tema del color de la piel, de la piel negra en particular, es crucial, sobre todo en estas islas, en el continente y en el hemisferio. Seguir leyendo «La tradición negra radical en Cuba, y el marxismo (3)»

La tradición negra radical en Cuba, y el marxismo (2)

Alexis Esquivel. Picnic nacional, 1996, Óleo sobre tela,150 x 200 cm

 

Ver aquí la primera parte de esta serie, por Maikel Pons Giralt

 Nota:

Aquí explico el origen del presente intercambio. Las respuestas versan, en lo fundamental, sobre las siguientes preguntas:

¿Qué te parece la calificación de “marxismo negro” aplicada a figuras como Sixto Gastón Agüero, Juan René Betancourt o Ángel Pinto Albiol? ¿Es pertinente? ¿Prefieres otra manera de calificarlo?

¿Quiénes integrarían, en tu opinión, el cuerpo del marxismo negro, o, en general (aunque no lo es mismo), de marxistas negros en Cuba entre 1902-1958?

¿Puede hablarse de un “marxismo negro” en Cuba después de 1959 hasta hoy?

Si tu respuesta es positiva, ¿puedes sugerir nombres y obras relevantes que integrarían ese “marxismo negro” desde 1959 hasta la actualidad en Cuba?

Reitero aquí que el objetivo del intercambio, más que comprometerse con una “manía clasificatoria”, es:

En ese horizonte, es necesario situar ese pensamiento como parte de los debates y procesos políticos de los que participaron y no solo limitarnos al estudio de sus ´ideas´. Esto es, tratarlos como sujetos políticos, contemporáneos de su tiempo —cosa que hace el curso mencionado y que es necesario seguir haciendo—  y no solo como ´archivos´ para su estudio por parte del investigador actual.”

En esta ocasión aparecen las opiniones de Agustín Lao-Montes, Roberto Zurbano, Pedro Alexander Cubas, Alejandro Leonardo Fernández y Víctor Fowler. Habrá, al menos, una entrega más de esta serie. (Julio César Guanche)

 La tradición negra radical en Cuba, y el marxismo (2)

Agustín Lao-Montes:

Me agradan mucho las preguntas. Se refieren precisamente a un tema que me ocupa hasta el punto que tengo planeado escribir un libro sobre el Marxismo Negro en América Latina. Tengo varios propósitos con él, entre ellos desmontar dos mitos:

1) La tendencia a equiparar las figuras de  pensamiento y política negra de carácter radical y contestatario (lo que  en inglés se denomina «Black Radical Tradition»)[1] con la categoría marxismo negro manejada de forma ligera, y como consecuencia;

2) el  calificar sin analizar a fondo sus ideas y políticas, a todos los
marxistas afrodescendientes como marxistas negros. Seguir leyendo «La tradición negra radical en Cuba, y el marxismo (2)»

La tradición negra radical y el marxismo en Cuba (1)

Alexis Esquivel. Como fuego arde en vivas llamas, Acrílico sobre tela, 140 x 200 cm.

 

Nota:
Participaré próximamente de un Seminario, convocado por CLACSO, titulado “Marxismos negros: raza y clase en el pensamiento crítico afrodescendiente y africano”, coordinado por los profesores Ramón Grosfoguel, Jacqueline Laguardia Martínez y Daniel Montañez.
En la fundamentación del curso se consigna: “…. en este seminario se estudiarán, bajo la idea de “marxismos negros” acuñada por Cedric Robinson, aquellas reflexiones marxistas heterodoxas elaboradas desde la experiencia histórico-social de la población negra, marcada por siglos de esclavitud y superexplotación.”
Mi participación tratará sobre dicho “marxismo negro”, específicamente en Cuba. Comparto plenamente la intención del curso, al tiempo que considero que la expresión “marxismo negro” es problemática en el contexto cubano. En aras de reflexionar con mayor amplitud sobre ello, pedí opinión a varios colegas, especialistas en el tema racial en nuestro país, sobre este concepto y sus posibles usos.
En un inicio, propuse solo un intercambio personal de trabajo. Sin embargo, las respuestas, por su profundidad, me parecen útiles no solo para el curso en específico, sino para el debate más general sobre estos temas en nuestro país. Por ello, he solicitado autorización a sus autores para ir publicándolas en este blog. Asimismo, el artista plástico Alexis Esquivel —con una obra esencial sobre el tema racial en Cuba— ha permitido utilizar piezas suyas para acompañar dichas respuestas.
Como es lógico, no coincidimos todos en lo que cada uno dice, pero aprecio cierto consenso —entre los colegas que hemos estado intercambiando sobre el tema— en torno a dos cuestiones: ciertamente, es problemática esa etiqueta para Cuba, pero también es imprescindible contribuir al empeño de visibilizar el marxismo elaborado mayormente por personas negras cubanas en relación con la cuestión racial.
En ese horizonte, es necesario situar ese pensamiento como parte de los debates y procesos políticos de los que participaron y no solo limitarnos al estudio de sus “ideas”. Esto es, tratarlos como sujetos políticos, contemporáneos de su tiempo —cosa que hace el curso mencionado y que es necesario seguir haciendo— y no solo como “archivos” para su estudio por parte del investigador actual.
Comienzo la publicación de tales respuestas con el aporte del investigador Maikel Pons Giralt.
Julio César Guanche

 

La tradición negra radical en Cuba, y el marxismo
Por Maikel Pons Giralt

En el entendimiento de Cedric Robinson, el marxismo negro es una articulación de luchas, fuerzas sociales, intelectuales y activistas que articulan con las resistencias históricas de negros e indígenas. Desde un reconocimiento, acercamiento crítico o identificación con el marxismo europeo, ese enfoque profundiza la contextualización de esas luchas y ese marxismo a nuestras realidades. Ese marxismo negro jugó un papel fundamental en los procesos de liberación nacional en América, África y Asia y luego en la etapa de desarrollo nacional: Seguir leyendo «La tradición negra radical y el marxismo en Cuba (1)»