Alcance y trascendencia del concepto de República de José Martí

La República martiana

Por Pedro Pablo Rodríguez

El aparato categorial de Martí ha sido tan poco estudiado que ni siquiera se ha establecido un cuerpo de sus conceptos o analizado a fondo algunos de ellos. Han sido los estudiosos que han abordado sus escritos con otros propósitos, quienes alguna que otra vez han señalado el alcance o el valor categorial de algunos de los términos. Esta ausencia se enmarca dentro de otra de mayor alcance: aún esperamos todos por un examen que nos dé las claves de su pensamiento. Los estudios acerca de su filosofía -que parecerían ser los que tendrían que habernos aportado en tal sentido- han pecado generalmente de insistir en la clasificación de sus ideas y en una organización de éstas como cuerpo filosófico en sentido estricto, sin la pretensión de analizar los presupuestos, basamentos y estructuraciones de ese pensamiento que se fue expresado de manera consciente como un todo, como una cosmovisión.

Disponemos por suerte de un inteligente y abarcador examen de su pensamiento económico’;[1] pero no ocurre lo mismo con su ideario político, que ocupa el mayor espacio en su obra y acerca del cual se ha escrito mucho. En este último terreno podría decirse que patria y libertad son los conceptos que más han atraído la atención, y recientemente equilibrio y república, aunque en la aplastante mayoría de los casos los acercamientos han sido más contextuales que dedicados a explicar la lógica de funcionamiento del pensar martiano. Una excepción notable ha sido el libro de Paul Estrade acerca de la democracia como uno de los ejes principales del pensamiento de Martí.[2]En realidad, la obra trabaja con exhaustividad con este concepto mediante una aprehensión totalizadora de sus ideas económicas, sociales y políticas, por lo que resulta notable en virtud de sus valores analíticos y metodológicos.

Hay que reconocer, sin embargo, que durante los últimos treinta años algunos estudiosos han examinado el término martiano de república justamente como un concepto al que ha de conferirse una importancia singular para la comprensión de la totalidad de su pensamiento.[3]

La revisión de su obra permite comprender sin mayor esfuerzo que cuando Martí habla de república es frecuente que no se esté refiriendo a una forma de gobierno, sino a un tipo de sociedad, y que en su amplia escritura en tomo a la independencia de Cuba -aunque no sólo allí- emplea la palabra con un valor conceptual aún superior, pues le sirve para denotar el nuevo tipo de sociedad que a su juicio debía constituirse en las Antillas libres.

Tal sentido es lo que le confiere alcance conceptual al término, al extremo de que puede considerarse como su categoría fundamental para explicar su idea de las transformaciones que habrían de producirse en Cuba a fin de garantizar una verdadera independencia.[4] Seguir leyendo «Alcance y trascendencia del concepto de República de José Martí»

Calibán y la bruja

Silvia_Federici

Descargue aquí libro completo de Silvia Federici: Caliban y la bruja

Amparo Moreno Sardà

(reseña)

 En 1984, Silvia Federici y Leopoldina Fortunati publicaron Il Grande Calibano. Storia del corpo social rebella nella prima fase del capitale (Milán, Franco Agneli). Veinte años después, Silvia Federici publicó Caliban and the Witch Women. The Body and Primitive Accumulation. Esta obra, traducida al castellano en 2010 como Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria, merece algo más que una reseña convencional.

En el Prefacio, Federici explica las diferencias entre las dos obras. Il Grande Calibano, fruto de un proyecto de investigación iniciado a mediados de los setenta con la feminista italiana Leopoldina Fortunati, fue un intento de repensar el análisis de la acumulación primitiva de Marx desde un punto de vista feminista, y una crítica a la teoría del cuerpo de Foucault, que ignora el proceso de reproducción, funde las historias femenina y masculina en un todo indiferenciado y se desinteresa por el “disciplinamiento” de las mujeres hasta el punto que nunca menciona la caza de brujas. La tesis que se defendía era que la historia de las mujeres requiere analizar los cambios que el capitalismo introdujo en el proceso de reproducción social y especialmente en el de reproducción de la fuerza de trabajo. Caliban y la bruja responde a un mayor conocimiento sobre la historia de las mujeres y a un contexto social diferente. En consecuencia, se propone repensar el desarrollo del capitalismo desde un punto de vista feminista evitando las limitaciones de una “historia de las mujeres” separada del sector masculino de la clase trabajadora.

Poco después de la publicación de Il Grande Calibano, Federici se desplazó de Estados Unidos a Nigeria donde trabajó como profesora entre 1984 y 1986, años que constituyeron un “punto de inflexión para la mayoría de los países africanos”. La autora explica así su experiencia. En respuesta a la crisis de la deuda, el gobierno nigeriano entró en negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y adoptó “un programa de ajuste estructural, la receta universal de Banco Mundial para la recuperación económica en todo el planeta”. Conseguir que Nigeria llegase a ser competitiva en el mercado internacional suponía “una nueva ronda de acumulación primitiva y una racionalización de la reproducción social orientada a destruir los últimos vestigios de propiedad comunal y de relaciones comunales, imponiendo de este modo formas más intensas de explotación”. Presenció en directo procesos similares a los que había estudiado en Il Grande Calibano. “En Nigeria comprendí que la lucha contra el ajuste estructural formaba parte de una larga lucha contra la privatización y el “cercamiento”… de las tierras comunales… y de las relaciones sociales, que data de los orígenes del capitalismo en Europa y América en el siglo XVI”. En 1986 regresó a Estados Unidos: su participación como docente en un programa interdisciplinario le llevó a detectar otro tipo de “cercamiento”: “la creciente pérdida entre las nuevas generaciones, del sentido histórico de nuestro pasado común”. Con Calibán y la bruja, Federici se propone “revivir entre las generaciones jóvenes la memoria de una larga historia de resistencia que hoy corre el peligro de ser borrada”.

Nos hallamos ante una obra fundamental para comprender una parte decisiva de la historia de Europa occidental: los siglos anteriores y posteriores a la implantación del capitalismo y el inicio de la expansión oceánica y la conquista de América. Federici se centra en las formas de resistencia populares a estos proyectos, uno de cuyos episodios más sangrientos fue la caza de brujas, fenómeno que la mayoría de historiadores ha silenciado y al que las feministas sí han prestado atención. Pero más allá de los datos, esta obra nos ha suscitado un interés especial por las aportaciones que hace a un modelo de análisis no-androcéntrico, cuestión que debería ser objeto de un debate. Seguir leyendo «Calibán y la bruja»

Sobre la unificación monetaria en Cuba: dos enfoques

peso cubano

¿TERMINA LA DUALIDAD MONETARIA EN CUBA?

Por Carmelo Mesa-Lago

 Corren rumores en La Habana que, después de 20 años, la doble moneda será unificada a fines de 2013 o en 2014; este artículo analiza la viabilidad de ese proyecto.

Desde 1994, en el punto peor de la crisis de los años 90, existe en Cuba una “dualidad monetaria”, porque circulan dos monedas: el peso “nacional” (CUP) y el peso “convertible” (CUC), una medida motivada por la fuerte depreciación del peso y la autorización de la circulación del dólar de EEUU. El CUC no es realmente “convertible” pues su valor se fija unilateralmente por el gobierno en vez de por el mercado internacional y ninguna de las dos monedas es transada en el exterior. El cambio actual es de 24 CUP por un CUC (para su venta) y 25 por uno (para su compra por la población). Pero en las empresas y entidades estatales un CUP es igual a un CUC.

La dualidad creó una segmentación: parte de la economía funciona en CUC (contabilidad monetaria-financiera, venta de mercancías en tiendas de divisas —TRD) y otra parte en CUP (cuentas nacionales, presupuestos, salarios, pensiones, pagos del acopio, precios de productos racionados, tarifas de servicios públicos, ahorro de la población).      En 2004 el dólar dejó de ser moneda de curso legal; la población debe canjearlo por CUC en las casas de cambio del gobierno (CADECA) para ser aceptado por entidades estatales.

Hasta 2004 el cambio del CUC y el dólar era par y se le imponía un gravamen de 10 %, aunque no al cambio de euros y otras divisas. En 2005 se aumentó en 8 % el valor del CUC respecto a todas las divisas, y se le cargó una comisión de 3,5 %, lo cual tuvo efectos adversos (encareció las tarifas turísticas y menguó el número de visitantes). En 2011 Raúl devaluó el CUC, eliminando el 8 % citado, de manera que el CUC y el dólar vuelven a estar a la par, pero sigue cobrándose la comisión de 3,5 % y el gravamen de 10 % al dólar, por lo cual un CUC equivale a sólo US$0,86. Aún con esta devaluación, el CUC continúa artificialmente sobrevaluado y provoca efectos adversos.

EFECTOS ECONÓMICO-SOCIALES ADVERSOS DE LA DUALIDAD  Seguir leyendo «Sobre la unificación monetaria en Cuba: dos enfoques»

Todo en común: los bienes comunes, el castillo, el zorro y el lince

Peter-Linebaugh

Descargue aquí libro completo de Peter Linebaug: El Manifiesto de la Carta Magna

Peter Linebaugh

En Crottorf, un día comimos de postre en el almuerzo unas fresas que te hacían la boca agua, y yogurt.

Crottorf es el nombre de un castillo, o Schloß, en Westphalia, Alemania. Veintiuno de nosotros estamos reunidos, procedentes de todo el mundo, para debatir sobre los comunes. Procedemos de India y Australia, Tailandia y Sudáfrica, Brasil, Italia, Alemania, Austria, Francia, Inglaterra, Grecia, California y los Grandes Lagos. Rodeados de verdes praderas y frescos bosques, el castillo parece surgido de un cuento de hadas alemán, un pedazo de paraíso. Desde luego, en 1661 el enyesador italiano dijo lo mismo al gravar en el techo del vestíbulo las palabras,

Un pezzo del paradiso Caduto de cielo in terra

Durante tres días nos sentamos en círculo, los veintiuno, debatiendo, no ya sobre el cielo en la tierra, sino sobre los comunes. En cierto modo, el término ―los comunes—  abarca todo lo producido por los seres humanos, los países del mundo, la substancia de la tierra, aire, agua y fuego, la biosfera, el espectro electro-magnético y el universo. Hablando apasionadamente, escogiendo cuidadosamente las palabras, a veces tartamudeando por la frustración de una expresión inadecuada, nos exigimos a nosotros mismos la máxima esperanza en condiciones de innegable desesperación. La atmósfera y el cambio climático, la tierra y la agricultura, el crecimiento del cieno, Internet y el software, los ricos y los pobres, las inclusiones y las exclusiones, los habitantes de chabolas de Johannesburgo, los peatones desaparecidos de Bangalore, los trabajadores de Brasil, los alimentos Frankenstein y los monstruos genéticos, la totalización de la forma mercantil, el paso de la expropiación a la explotación, la convergencia de la crisis ecológica con la crisis capitalista, el asalto neoliberal a los bienes comunes y la criminalización de los mismos, desde la selva húmeda hasta la aldea: tales son algunos de los focos de interés, de los temas y de las tesis de este coloquio desarrollado en Crottorf.

No debería, ni siquiera podría, hacer un resumen, pero los aficionados a Google pueden encontrar resúmenes en varias websites (David Bollier, onthecommons, Massimo De Angelis, thecommoner). Lo que recuerdo son los refrescantes interludios en medio de encuentros intelectualmente intensos. Se desarrollaron en distintos registros, incluso en una especie de ensueño temporal: fresas, cantos en el salón de baile y paseos por el bosque.

Nos pusimos a caminar por el bosque. Nuestro anfitrión, el conocido guardabosques Hermann Hatzfeldt, se detiene entre las altas hayas que se elevan hacia el cielo desde el denso sotobosque y formamos todos un círculo bajo su baldaquín para escuchar historias de la guerra, de tierra no cultivada y cultivos, de jugar al gato y al ratón con los elusivos buscadores de setas. La vida del bosque estaba experimentando cambios sorprendentes y salvajes que se apartan drásticamente de las venerables y admiradas tradiciones forestales alemanas. Menciona informes que hablan de la posible vuelta del lince. (Y podría ser cierto, pero por vías que yo no habría podido siquiera imaginar).

manifiesto de la carta magna

Nos citamos, después de comer, en un sendero que discurre entre el puente levadizo tendido sobre el foso defensivo y el castillo de cuatro torres, a fin de ponernos en camino hacia un lugar situado a menos de dos millas de distancia. Se precisan unos minutos para que lleguen todos, así que aprovecho la ocasión para leer en voz alta un informe acerca de la visión de Handsome Lake en el Festival de las Fresas del oeste de Nueva York en 1799, hace doscientos diez años. Siento que estas bayas de mitad de verano pueden hacer las veces de joyas evocadoras

Handsome Lake era el hermano de Cornplanter, ambos indios Seneca, una de las seis naciones de la Liga Iroquesa o Haudenosaunee. Era un borracho, un adicto víctima del envenenamiento alcohólico sistemático introducido por el hombre blanco. Tocó fondo casi mortal en abril de 1799. Luego tuvo su primera visión. Se le aparecieron tres hombres, mensajeros, con limpias vestiduras blancas y mejillas pintadas de rojo, con arcos y flechas en una mano y un ramillete de zarzamoras y otros tipos de bayas en la otra. Le dijeron que el jugo podría servirle de medicina para el abandono del alcohol y que debía celebrar la fiesta de las fresas. Luego, los mensajeros de rojos cachetes continuaron su camino. Seguir leyendo «Todo en común: los bienes comunes, el castillo, el zorro y el lince»

Lampedusa: perseguir a los vivos, premiar a los muertos

lampedusa

Los niños de Lampedusa dibujan la tragedia del naufragio

Por Santiago-Alba-Rico

Si hablamos de la tragedia de Lampedusa, hay poco que añadir a los hipócritas lamentos de las autoridades europeas y a las justísimas denuncias de activistas, organizaciones e inmigrantes. Hace años el teólogo costarricense de origen alemán, Franz Hinkelammert, resumió en dos palabras esta rutinaria abundancia de cadáveres cosechados en mares y desiertos en las fronteras de Occidente: “genocidio estructural”.

Esta idea de “genocidio estructural” implica, por supuesto, una acusación: las estructuras no se imponen solas sino que necesitan decisiones políticas que las mantengan en marcha, decisiones políticas que eventualmente podrían también desactivarlas. Cuando una estructura es incompatible en su raíz con la Declaración de los DDHH y la más elemental dignidad humana, las decisiones que se toman para mantenerla viva adquieren un aura necesariamente truculenta, un aire de lúdica crueldad infantil, la forma de un gran bostezo nihilista. Supongo que a Barroso y Letta no les habrá gustado ser recibidos en Lampedusa al grito de “asesinos”. No se sienten “asesinos” y probablemente les produce horror sincero la pila de cadáveres acumulados a sus pies. Pero tienen que tragarse los insultos y los remordimientos de conciencia y responder de manera responsable a sus compromisos con la “estructura”, de los que en alguna medida dependen también los votos de sus electores.

Lo cierto es que las medidas tomadas por la UE y el gobierno italiano convierten a nuestros gobernantes en una especie de imaginativos diseñadores de yincanas infantiles o, mejor, de trepidantes concursos de televisión. No seamos más piadosos que ellos. Aumentar el presupuesto para los CIEs, reforzar la vigilancia en el Mediterráneo y conceder la nacionalidad a los muertos -mientras se sigue persiguiendo a los supervivientes- nos conviene y es además divertido, pues transforma los desplazamientos migratorios en el más caro deporte de riesgo del mundo: pagad miles de euros por la inscripción, oh jóvenes aventureros, y lanzaos una y otra vez al mar sorteando tempestades y patrulleras; si tocáis tierra vivos, os devolveremos, como en el juego de la oca, al punto de partida, os encerraremos, como en el juego de la oca, en prisión u os obligaremos a trabajos forzados clandestinos, como en el juego de la oca, expuestos a toda clase de abusos y desprecios. ¿Y no se puede ganar? ¿Cómo se gana en este concurso? Muriéndose. Si morís en nuestras playas, jóvenes aventureros, un dulce manto de piedad universal cubrirá vuestros cuerpos y recibiréis además el gran premio, el sueño finalmente cumplido, la gran ambición de vuestra vida por fin satisfecha: la nacionalidad italiana.

Este juego macabro tiene que ver obviamente con la “estructura”. Tiene que ver, como dice Eduardo Romero citando a Marx, con nuestro “deseo apasionado de trabajo más barato y servil” -una selección “negrera”- y con nuestro escaso respeto por las fronteras ajenas: intervención económica en naciones saqueadas, acuerdos con dictadores y violación física de la soberanía territorial. Una buena parte de las víctimas de Lampedusa, por ejemplo, procedían de Somalia, en cuyas aguas nuestros barcos europeos depositan desechos contaminantes y roban el atún para nuestras mesas. No olvidemos que mientras decenas de somalíes morían ahogados en las costas italianas, un tribunal español juzgaba a algunos expescadores de ese expaís africano por “piratería”. Seguir leyendo «Lampedusa: perseguir a los vivos, premiar a los muertos»