El blog de Julio César Guanche. En Cuba “la cosa” es una expresión coloquial utilizada para referir a “la situación”. “¿Cómo está la cosa?” alude tanto al estado de la nación como al chisme de barrio. Suelen verse por separado “lo público” y “lo privado”, pero la pregunta por “la cosa” nos remite al vínculo entre ambos.
“Comienza la pasión”, escuchaba siempre al inicio de las transmisiones de juegos de pelota en Cuba. “Pelota” fue en la isla por mucho tiempo sinónimo de pasión, aunque aludiese más a la sexual. “Qué pelota tiene Carlota”, decía una rumba de Alberto Villalón.
Cuba juega hoy la semifinal del Clásico Mundial de Béisbol, con un equipo integrado por jugadores de su liga nacional y de ligas profesionales, que ha relanzado la pelota como pasión nacional.
En la mejor tradición, se discute de todo. Entre otros, quizá tengan alcance mayor los debates sobre la denominación de Team Asere para los integrantes del equipo, los reclamos de no politizar el deporte, y el tipo de integración que supone el equipo cubano, temas que recorren este texto.
Conversaciones Americanas, espacio conducido por el profesor Arturo López-Levy, vuelve a recibir a Julio César Guanche para conversar esta vez sobre la vida y obra de Raúl Roa, a cuarenta años de su deceso. Raúl Roa es uno de los intelectuales más importantes del periodo pre-revolucionario que después de 1959 van a jugar un papel de primera línea en la historia política de la revolución. Según López-Levy, Julio César Guanche es uno de los mas importantes autores que ha analizado su obra, incluyendo compilar muchos de sus escritos en «El Santo Derecho a la Herejía» que incluyó textos de Roa dificiles de encontrar entonces del período 1935-1959.
En torno a un aspecto de las sanciones por el 11J en Cuba.
Por Julio César Guanche
El 11 de julio (11J) de 2021 sucedieron en Cuba, las protestas más grandes habidas desde 1959 en el país; cuatro días después de esa jornada, en Granma se aseguró que los comportamientos cometidos ese día tipificaban delitos comunes. En específico, fueron identificados desórdenes públicos, atentado, resistencia, desacato y desobediencia.
Me referiré a tres nuevas calificaciones aparecidas en esa nota: “de manera tumultuaria”, “perturbación grave del orden público”, y “deliberado propósito de subvertir el orden constitucional”. Antes de hacerlo, mencionaré brevemente la historia del delito de sedición en Cuba, para entender mejor los problemas de su aparición en este escenario.
Mi interés aquí es discutir la pertinencia y aplicabilidad del concepto sedición, en los propios términos del Código Penal y la política cubanos, respecto a los procesos del 11J.
El propósito de este estudio es realizar un examen de la constitución y evolución del poder político y social de la Revolución Cubana. El primer tomo abarca tres periodos: de 1959 a 1962, de 1964 a 1974 y de 1975 a 1991. El segundo tomo retoma el proceso y culmina en nuestros días.
Juan Valdés Paz, sociólogo, integrante del consejo editorial de la revista Pensamiento Crítico y durante dos décadas miembro del Centro de Estudios sobre América. Por la obra de su vida, recibió el Premio Nacional de Ciencias Sociales. Entre otros libros suyos, pueden consultarse La Transición Socialista en Cuba (1993), Procesos Agrarios en Cuba, 1959-1995 (1997), El proceso de organización agraria en Cuba. 1959-2007 (2009); El espacio y el límite. Ensayos sobre el sistema político cubano (2010) y La evolución del poder en la Revolución Cubana (2018), en dos tomos.
Con permiso expreso del autor, La Cosa pone a disposición, por vez primera en internet, para descarga gratuita en pdf: La evolución del poder en la revolución cubana (dos tomos)
La historia de las revoluciones acontecidas durante el siglo XX, de aquellas identificadas como, o devenidas “socialistas”, parece siempre ser una lucha por su propia subsistencia. Recorre casi siempre un camino contra la gravedad y en el que con regularidad tiene que justificarse de todo.
La historia de la Revolución cubana no está exenta de esta realidad. A la vez, se ha mostrado, como otras, en la lógica de un proceso que siente la necesidad de disputar a su interior el pasado, el rol del liderazgo y de la persona en la dirección de los procesos políticos, las finalidades del proceso, sus bases sociales y sus necesidades de rupturas consigo misma.
Estas preguntas aparecen como “secundarias” cuando las necesidades imponen discusiones más concretas. Sin embargo, son partes del todo. No puede entenderse ni explicarse cabalmente si a la vez no se responden también otras preguntas que indaguen por el proceso en sí, por la funcionalidad o conveniencia de sus fundamentos o postulados históricos.
Los problemas en la producción agrícola, los déficits en la participación política, la gestión estatal de las empresas, la canalización y las vías para gestionar las demandas de las gentes, entre otros tantos puntos, sólo podrán responderse a profundidad si se responden en conjunto con otras preguntas de mayor calado que interroguen los fundamentos políticos, económicos, filosóficos y culturales del modelo de sociedad existente.
Voces Cubanas conversa hoy con Yassel Padron Kunakbaeva, master en Bioética, especialista en Fundación Ludwig de Cuba, bloguero, activista e investigador marxista, sobre este campo de temas.
Desde hace algún tiempo la sociedad cubana se transforma social y económicamente, y se visualizan demandas de diversa índole por varios sectores. ¿Está el diseño del Estado Cubano en capacidad de absorber y gestionar estas demandas?
El futuro de la sociedad cubana plantea diferentes hipótesis sobre el rumbo a seguir.
El 11J plantea un antes y un después en muchos campos, pero algunos de sus orígenes y sus causas siguen vigentes hoy en medio de una creciente complejidad social.
Si se tienen en cuenta variables, tendencias, visiones de conjunto, se pueden advertir posibles escenarios y diversas perspectivas de análisis. Entender las características de sociedad cubana actual, la esencia de su modelo político, cómo se comporta demográficamente, cómo es su producción simbólica, cuán diversa es en su realidad, cómo se disputa la ideología, así como comprender que existe una pelea por los propios conceptos y categorías que se utilizan en el lenguaje político, económico y filosófico para explicar el socialismo cubano, y el propio «socialismo», siguen siendo exigencias y urgencias de hoy.
Las preguntas sobre el sistema político y el Estado cubanos son interrogantes que a la vez intentan rastrear las transformaciones que se han sucedido a lo largo de décadas en las relaciones entre este Estado y la sociedad civil, sobre el encogimiento o el alargamiento del aparato estatal en los contornos de la vida económica y política, y cuál es la mejor vía para canalizar y gestionar las demandas y necesidades de la sociedad cubana en general y de su gente en específico.
La serie Voces Cubanas, con la idea de seguir aportando al debate presente de Cuba, conversa hoy con Juan Valdés Paz, sociólogo, integrante del consejo editorial de la revista Pensamiento Crítico y durante dos décadas miembro del Centro de Estudios sobre América. Por la obra de su vida, recibió el Premio Nacional de Ciencias Sociales. Entre otros libros suyos, pueden consultarse La Transición Socialista en Cuba (1993), Procesos Agrarios en Cuba, 1959-1995 (1997), El proceso de organización agraria en Cuba. 1959-2007 (2009); El espacio y el límite. Ensayos sobre el sistema político cubano (2010) y La evolución del poder en la Revolución Cubana (2018), en dos tomos.
Es difícil no estar de acuerdo en que el 11 de julio de 2021 marca un antes y un después en la historia reciente de Cuba. Las causas del estallido social vienen siendo estudiadas y debatidas por muchos intelectuales de la Isla desde hace mucho tiempo.
Sin embargo, el diagnóstico de los escenarios complejos que se abrirían para Cuba —ante un cúmulo de tensiones en varios órdenes de la vida social, económica, política y cultural—, y, sobre todo, las posibles soluciones y respuestas que se concibieron en estos debates, fueron en muchos casos ignorados, vilipendiados y sometidos con altanería al test —irresponsable con datos duros sobre situaciones realmente existentes en Cuba— que concluye de modo indefectible en el “excepcionalismo”, y en el “eso no pasa en Cuba”.
La serie Voces Cubanas continúa en el empeño de seguir aportando visiones del actual panorama cubano, así como posibles vías para la superación de los problemas nacionales. Ahora con más fuerza que nunca se necesita de estos espacios, de diálogos con todas las voces cubanas en busca de canalizar y encontrar puntos en común en el diseño de nuestro futuro.
En esta ocasión, conversamos con Yasmin S. Portales Machado, quien es narradora, crítica literaria y activista política. Ha publicado ensayos sobre la ciencia ficción cubana y cuentos en diversas antologías. Proyecta sus ideales políticos anarco-comunistas en el trabajo voluntario en defensa de los derechos LGBTQ+, los derechos sexuales y reproductivos y el antirracismo en Cuba.
Enrevista con Ailynn Torres Santana y Julio César Guanche
Por Martín Mosquera
Es difícil encontrar otro ejemplo de un país tan pequeño que haya tenido un impacto tan profundo en el mundo como la Cuba revolucionaria, a la que es imposible separar de la experiencia de descolonización del Tercer Mundo, de las luchas antimperialistas, de la radicalización internacional de 1968 y del giro latinoamericano a la izquierda de fines de los años 1990.
La continuidad revolucionaria de la isla, que sorprendentemente logró sobrevivir a la caída del «campo socialista», permitió que no se quebrara del todo en América Latina el hilo de una memoria y de una experiencia de lucha, muy distintas a la regresión reaccionaria que tuvo lugar en Europa Oriental.
Pero Cuba no es solo una referencia política y moral, una retaguardia estratégica o un motivo de orgullo. Es también un país real y concreto, más prosaico que el ideal, con sus sufrimientos, sus desigualdades y sus malestares. Y es también una sociedad que enfrenta problemas característicos de las experiencias del «socialismo de Estado», que parecen venir de otro mundo y de otro siglo: el aislamiento internacional (condensado en el bloqueo norteamericano), la tendencia a la escasez y a la subproducción, los rasgos burocráticos de su régimen político, las presiones restauracionistas de sectores interiores y exteriores al partido gobernante.
En el imaginario de algún experimentado militante marxista, las recientes movilizaciones pueden parecer un eco lejano de aquellas que sacudieron a los países del Este (y también a la izquierda internacional): Hungría en 1956, Praga en 1968, Polonia en los años 1980, Berlín en 1989.
Lo cierto es que a menudo Cuba es más mentada, idealizada o vilipendiada que conocida. De comprender antes que juzgar, entonces, se trata esta larga conversación que mantuvimos desde Jacobin con dos jóvenes intelectuales cubanos: Ailynn Torres Santana, académica y militante feminista, integrante del Consejo Editorial de la revista Cuban Studies (Universidad de Harvard) y del Consejo de Redacción de la Revista Sin Permiso, y Julio César Guanche, historiador y jurista dedicado a la investigación sobre democracia, republicanismo y socialismo.
¿Qué significan estas movilizaciones? ¿Qué impacto tienen? ¿Cuál es el riesgo de que sean capitalizadas por la oposición procapitalista? ¿Cómo valorar la situación actual desde un punto de vista comprometido con un socialismo democrático?
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