Fuentes y testigos. Puedo equivocarme, pero jamás he mentido.

Nota, espero que final, sobre el debate en torno al DR 13 de Marzo y la Carta de México.

Por Julio César Guanche

 

El 14 de marzo pasado publiqué un post en Facebook sobre un comentario de Arleen Rodríguez Derivet en la Mesa Redonda realizada el día anterior. En él dije que ella había usado la palabra “traición” para calificar el ataque al Palacio Presidencial de 13.03.57. Ella respondió que no había usado la palabra. Cotejé el video de la mesa redonda colocado en Youtube —que vi el 14 de marzo antes del mediodía—, y efectivamente no encontré esa palabra, sino esta frase: que el ataque “iba contra los acuerdos de la carta de México”, y no que “traicionaba” los acuerdos de la carta de México.

Por usar la palabra “traición” he recibido acusaciones de “deleznable”, “calumniador·, “falto de ética”, “mentiroso”, “mercenario”, “enemigo de la revolución” entre otros calificativos. En general, a esas personas en concreto, no respondí directamente.

Lo que haré ahora es compartir lo que antes no compartí por ética,  porque solo ahora he podido confirmarlo y reconfirmarlo y obtener autorización expresa para decirlo.

Al menos tres personas escucharon la palabra que yo utilicé durante la emisión en vivo de esa mesa redonda. Una de ellas prefiere no dar su nombre, pues no es su intención involucrarse en este tipo de asuntos. Por ello, no será mencionada más aquí. Las otras dos son personas muy conocidas y ampliamente respetadas en el medio cultural cubano: Rodolfo Alpízar Castillo y Esther Suárez Durán.

En periodismo, eso se llama fuentes. En Derecho —más de una persona ha sugerido que debo ser acusado por “difamación”—, se llaman testigos. A fuentes y testigos me remito.

Ninguna de ellas se encontraba ese día junto a la otra. Nunca los he visto en persona. Para ser por completo riguroso, pienso que quizás nos hayamos visto en alguna reunión gremial, lo que sería normal, pero si es así no lo recuerdo. Sí aseguro que nunca hemos tenido algún encuentro personal. Llegué a ellas a través de sus post en Facebook. Luego, he hablado con los dos mencionados por sus nombres. Publico aquí, con su expresa autorización, sus respectivos comentarios. También me han autorizado a decir que ambos están dispuestos a ratificar su palabra sobre lo escuchado en cualquier escenario al que sean convocados.

Seré muy claro:

No comparto las teorías de las conspiraciones, como tampoco los debates innecesarios. Pero soy un hombre honrado y tengo que defender la verdad.

Digo categóricamente que no estoy sugiriendo la más mínima sospecha sobre que el video de la mesa redonda haya sido intervenido.

Digo solo, y también categóricamente, que otras personas escucharon lo que yo mencioné, y que están dispuestos a sostener su palabra donde sean convocados.

Soy también un hombre de buena fe. Por eso, puedo conceder —en lo que estrictamente a mí respecta— que se equivocaron, por separado, al escuchar la misma expresión.  Por lo mismo, puedo esperar de las personas que también sean honradas y de buena fe que afirmen que no hubo absolutamente ningún intento de mentir, difamar y menos manipular las palabras de Rodríguez Derivet.

Resumo: para mí, puede quedar en un error de los que así escucharon esa frase en la mesa redonda, pero en caso alguno como mentira o difamación.

En lo personal, no me interesa seguir más allá en el punto concreto de la palabra de marras.

Ahora bien, como podrán ver en los siguientes comentarios, sus autores se refieren a temas que yo también señalé como centrales, ninguno de los cuales ha sido respondido hasta el momento por alguno de los que ha referenciado críticamente mis comentarios.

Mantengo todas las disculpas que le ofrecí a Rodríguez Derivet por las ofensas que recibió  en mi muro de Facebook. Asimismo, mantengo mi rechazo a los usos políticos interesados de mis palabras —de un signo y de otro— que nada tienen que ver con mis comentarios, enfocados exclusivamente en el respeto que merecen los mártires de la historia de Cuba y en las necesidades de entender de modo crítico, plural e informado esa historia en el presente que vivimos.

No espero las disculpas hacia mi persona de los que me han difamado y han mentido a sabiendas sobre mi vida. A esos, les digo lo que el Maestro: “Cuando se tiene algo que decir, se dice sea cualquiera el juicio que forme de ello la gente ignorante o malévola, o el daño que nos venga de decirlo”. (José Martí, Fragmentos, t. 22, p 82) A las personas decentes que han manifestado sus dudas o sus críticas legítimas, gracias.

Finalmente, confío en que los encargados del espacio de la mesa redonda acaben por referirse, con la seriedad, profesionalidad y espíritu revolucionario que reclama este asunto, a las cuestiones de fondo que Alpízar Castillo, Suárez Durán y yo hemos identificado como problemáticas en el programa de ese día. Es nuestro derecho como  audiencia y es un deber de un medio de prensa que se identifica como público.

Julio César Guanche, en La Habana, 16 de marzo de 2020.

Comentario de Rodolfo Alpízar Castillo:

“Dolor, vergüenza, indignación, son tres sentimientos que me han asaltado este 13 de marzo, viendo la Mesa Redonda dedicada al Museo de la Revolución, antiguo Palacio Presidencial. Que conste que no soy el único cubano que se siente así.

El entrevistado incurrió en al menos una gran inexactitud histórica al afirmar que el ataque (y toma parcial, no se olvide) al Palacio por un comando del Directorio Revolucionario y la Organización auténtica (de esta no se habla nunca, pero muchos de los muertos —asesinados— provenían del autenticismo) no fue la mayor, aunque sí una de las mayores acciones en La Habana.

Que me disculpe el historiador, que debe de saber más que yo al respecto, pero, por más que se pase o se haya intentado pasar por alto su trascendencia, el asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957 fue la mayor acción revolucionaria en los 500 años de historia de La Habana, y una de las más extraordinarias de toda la historia de Cuba.

El historiador, al menos, rectificó la inconcebible afirmación de la periodista, quien aseguró, con todas sus letras, que el Directorio Revolucionario, al atacar el Palacio, “había traicionado”, el pacto realizado en México con Fidel Castro.

No califico, pues no está en mi educación ofender a una señora, pero la periodista mostró o mucha ignorancia o mucho desprecio a la historia al referirse a los hechos del 13 de marzo de 1957. Porque esa no fue su única afirmación negativa en relación con aquellos mártires. Según sus palabras, ellos fueron allí a “ajusticiar a Batista y decirlo por Radio Reloj”, “a ofrendar su vida”, “a inmolarse” en una “acción suicida”, pues “no tenían un plan B”.

Dicho de forma más directa: Esos traidores a lo pactado fueron a matar a Batista porque sí (¿por el placer de matar?), y fueron a que los mataran (a saber con qué objetivo; acaso porque soñaban ser mártires).

Es verdad, luego de las palabras en respuesta del historiador (que, por cierto, no negó con la firmeza que correspondía lo afirmado por ella, pero al menos la hizo percatarse de que había dicho una barbaridad), ella se refirió, de pasada y bajando la voz, a “la pifia que dije”. Pero no se trató de una, sino de muchas “pifias” (palabra que resulta un eufemismo en casos como este). Fue, en esencia, un escamoteo de la verdad histórica. Y no fue una principiante quien lo realizó, sino una profesional con muchos años de experiencia.

Sí, es cierto, por qué negarlo, los combatientes del 13 de marzo de 1959 [errata, quiso decir 1957] fueron a matar o a morir, como se va cualquier enfrentamiento armado. Pero no lo hicieron por el simple placer de hacerlo, por amor a la aventura, por irresponsabilidad (cual pareció ser la tesis sustentada por la periodista, fuera su intención o no), o por simple gana de matar a un dictador.

Mucho menos lo hicieron, como otros han afirmado, para adelantarse a Fidel Castro. Eso es una gran mentira y una ofensa a esos héroes y mártires. Ellos fueron a atacar a la cabeza del régimen para armar al pueblo y, con la acción del pueblo (palabras de José Antonio Echeverría), iniciar la revolución. En caso de no tomar esa fortaleza (pues el Palacio era una fortaleza casi inexpugnable, con unos doscientos defensores muy bien armados; en cambio, ellos no llegaban a cincuenta), se retirarían y atacarían la motorizada y otras instalaciones militares, armar al pueblo y llamarlo a sumarse a la revolución. Ese era el plan B. Pero la idea central era la misma: Iniciar la revolución. Con el pueblo.

Entonces, no era un suicidio ni un magnicidio sin un objetivo superior. Era la acción de un grupo de revolucionarios provistos de un plan de lucha y con visión de futuro, no de un puñado de aventureros jugando a la guerra.

Quienes fueron al Palacio y Radio Reloj iban provistos de un programa político previamente anunciado al pueblo, no elaborado con posterioridad a la acción. Y en ese documento (la proclama al pueblo del Directorio Revolucionario al fundarse en 1956), se habla de LA NECESIDAD DE UNA REVOLUCIÓN SOCIAL EN CUBA, e incluso aparece la palabra SOCIALISMO. Seguramente socialismo entendido de una manera diferente de como se ha entendido en el país después de abril de 1961, pero ahí está la palabra.

El principal organizador de esas acciones, José Antonio Echeverría, no era “un líder estudiantil”, como lo suelen calificar, por ignorancia o mala fe; era un líder reconocido en todo el país y en el extranjero, no solo en los medios universitarios; era un dirigente revolucionario maduro que había tenido una destacada intervención en la huelga general azucarera y había participado en Costa Rica en defensa de ese país contra la agresión del dictador nicaragüense.

Cuando José Antonio hablaba (y no “Manzanita”, pues así no lo llamaban, eso es invento posterior a 1959), acudían los periodistas de todas partes a escucharlo, pues al pueblo cubano y al propio gobierno les interesaba lo que fuera a decir. No tengo conocimiento de otro “líder estudiantil” que haya logrado tal relevancia en Cuba.

De eso se debió hablar en el programa. Con un poco de estudio y de amor a la verdad histórica hubiera bastado.

Para terminar: Hay otras personas indignadas, no soy solo yo. Algunas consideran que con tal ofensa a nuestros mártires hay motivo suficiente para que la periodista no aparezca por mucho tiempo en la televisión. Por menores cosas se ha aplicado esa medida a otras personas.

No es mi caso, yo solo aspiro a que ella y el programa Mesa Redonda se disculpen ante nuestros mártires y ante quienes los guardamos en la memoria. Y que la televisión nacional elabore un programa como el que nunca se ha hecho y todos estamos esperando, un programa respetuoso y concebido desde el amor a la verdad histórica, en que se les rinda el homenaje debido a aquellos combatientes.

Sin tergiversaciones.

Rodolfo Alpízar Castillo

Fuente:

https://www.facebook.com/permalink.php?__cft__[0]=AZWqQHrEV9Gp_YcJAuoGoEdTFWl1a1PkzBBb8BriNBB2EzX-mj4O-Cq1zM5LfFdHhz9WgBjBoZZA9pAiIkCdzhr9qMJSBhvyxUWzQ-gYSr-YIKU2k0LLV9maxt8Bs1ia2S4&__tn__=%2CO%2CP-R&id=100020091512157&story_fbid=495558057790574

  1. Con posterioridad a este post, Alpízar Castillo envío a un grupo abierto de direcciones de correos de personas del mundo cultural cubano un correo que contiene este párrafo: “Adjunto además dos textos que envié a muchos órganos de prensa nacionales hace unos años, y que nunca fueron publicados. No sé si los coloque también en Facebook, pero ustedes pueden hacer uso de ellos con total libertad.” Los textos tienen como tema la historia del DR-13 de Marzo.

Captura de pantalla del post de Alpízar Castillo (fragmento)

Comentario de Esther Suárez Durán:

Dijo la periodista Arleen Rodríguez Derivet ayer en la transmisión desde Palacio Presidencial de la Mesa Redonda que José Antonio y los atacantes a Palacio el 13 de marzo del 57 habían traicionado el Pacto de México firmado entre el M-26 -7 y el Directorio revolucionario de la FEU!!!

Por pifias menores que esa no vuelve un periodista en Cuba a aparecer ante cámaras. El 13 de marzo significó una respuesta consecuente al pacto de México, se van a asaltar Palacio y a ajusticiar al tirano en un plan muy claro de convocar al pueblo para la Universidad donde tenían una cantidad no desdeñable de armas guardadas, por eso sus compañeros deciden que José Antonio, que quería encabezar la acción a Palacio-como encabezó SIEMPRE todo– vaya a hacer la arenga a Radio Reloj, porque él es un líder reconocido por toda Cuba, y desde allí convoque al Pueblo para la Universidad, por eso el ataque es por el día y no por la noche, falla la transmisión de Reloj porque la cortan desde TeleVilla, algo no previsto, no sabido, y J Antonio sale directo para la Universidad…

 

Captura de pantalla del post de Suárez Durán (fragmento)

 

El final de esta gesta ya lo sabemos. El Directorio no tenía información suficiente sobre la Sierra, apenas cuatro meses antes (no más, saquemos cuentas) Fidel y sus compañeros han desembarcado, la información que se ha dado y llega es que todos estaban desperdigados allá arriba, por lo tanto el Directorio, para HONRAR el Pacto de México, hace lo suyo, sin afanes de poder, ni personalismo alguno porque nunca lo hubo. José antonio fue un legítimo líder estudiantil, además de respetado, fue querido, muy querido, palabras estas mayores para un líder. Y sí, hubo decenas de plandes [sic en el original] de ataque a Palacio y de acciones parecidas pero NINGUNA del alcance de esta.

No importa cuánto algún torpe desee tapar la historia, ella es tozuda, se alza con sus hechos. Y al que entrega la vida no queda más que respetarlo, reconocerlo y venerarlo y, cuando se habla de él o de ellos, cuidar las palabras.

 

Fuente: https://www.facebook.com/esther.suarezduran/posts/10157434876519690?__cft__[0]=AZUBLzOuWbiYRS2bF7lfc8H9qFka_gZkhXMEtXCpVmtkx-Til-uz3TD_oT2N5c1TPIEKW2q0mZeXpTXoj2vV43AEriuNaBcTfGqy0_F5ntBr0G5QYKH61pei7z7GA1OF5fI&__tn__=%2CO%2CP-R

 

Copio aquí breves biografías de los autores de los post, para quienes no los conozcan, tomadas respectivamente, y literalmente, de Ecured y de La Jiribilla.

 

Rodolfo Alpízar Castillo. Escritor, lingüista y traductor. Desde hace décadas, es el principal introductor de la literatura africana de expresión portuguesa en Cuba, cuyos escritores más importantes ha dado a conocer. Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas (Universidad de La Habana1974). Ha dictado cursos de introducción a la Terminología en universidades y organismos de traducción en su país, así como en la Oficina de la organización intergubernamental Unión Latina en Cuba. Ha dictado cursos de introducción a la Terminología en: Argentina (Buenos AiresCórdoba y Tucumán), BoliviaCosta Rica, Cuba (pregrado, posgrado y maestría), MozambiqueParaguay y Perú. Ha dictado conferencias sobre Terminología y temas relacionados con la disciplina en su país y en Argentina (Buenos Aires, Rosario), EspañaHaitíMéxicoParaguayPortugalUruguay. Ha dictado cursos de Redacción especializada en Cuba y Paraguay. Ha asesorado a varios ministerios y organismos estatales del país en temas relacionados con la Terminografía. Traductor miembro de la Federación Internacional de Traductores (traductor FIT). Miembro fundador de la Asociación de Traductores e Intérpretes de Cuba (ex miembro del ejecutivo nacional, ex vicepresidente, ex presidente). Presidente de la Comisión de Ética de la Asociación de Traductores e Intérpretes de Cuba. Vicepresidente de la Sección de Traductores Literarios de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Miembro de la Asociación de Escritores de la UNEAC. Ex vicepresidente del Comité Ejecutivo de la Red Iberoamericana de Terminología. Ex presidente del comité técnico nacional cubano correspondiente al TC/37 (terminología) de la ISO (Organización Internacional de Normalización). Presidió el jurado lingüístico internacional del Primer Premio Panhispánico de Traducción Especializada, organizado por la Unión Latina, el Instituto Cervantes y otras instituciones españolas (2004-2005). Miembro del jurado de literatura brasileña del premio internacional Casa de las Américas (edición de 1999). Desde 2001, revisor a distancia de Ediciones La Noche, de GuadalajaraMéxico.

Fuente: https://www.ecured.cu/Rodolfo_Alp%C3%ADzar_Castillo

 

Esther Suárez Durán: Dramaturga, investigadora, ensayista, crítica teatral, guionista de radio y televisión y pedagoga. Nació en La Habana, el 1 de abril de 1955. Es investigadora del Centro Nacional de Investigaciones de las Artes Escénicas (CNIAE) desde 1988 y Profesora Titular Adjunta de la Facultad de Filosofía, Sociología e Historia de la Universidad de La Habana. Se licenció en Sociología por la Universidad de La Habana en 1978; alta casa de estudios donde en 1992 concluyó un Master en Promoción de la Cultura. Ha ejercido la docencia también en Venezuela y México. Como investigadora ha estudiado las relaciones entre la producción teatral cubana y los métodos y procedimientos sociológicos; las condiciones que rodean la creación y difusión de la producción dramatúrgica nacional (entre 1970 y 1990); los sistemas para la formación del espectador teatral; la creación teatral para niños y adolescentes durante los 90; y la presencia del género bufo en el teatro cubano contemporáneo.

Fuente: http://www.lajiribilla.cu/autor/esther-suarez-duran

He recopilado mis anteriores comentarios, así como la respuesta de Rodríguez Derivet, aquí.

 

 

3 comentarios sobre “Fuentes y testigos. Puedo equivocarme, pero jamás he mentido.

  1. No se si probaron ver el video a velocidad más lenta. Por demás señalar que al final Faure dice que » ese día se cumplia con el deber contraído tomando las armas ..» a mi manera de entender aclara la cuestión al historiador y a la periodista, que pasa ella no estudio para el programa .

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  2. Maestro, ellos tratando de escribir la historia, o de reescribirla. Todo pensado para resaltar hasta el cansancio a los mismos… al poder. Por eso estas fuertes oposiciones a cuestiones de precisión son tan importantes. En los detalles y gracias a elllos nos adoctrinan, engañan y someten.
    Gracias a uds, esos pocos que no se rinden

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